miércoles, 1 de agosto de 2012

"El Segundo Sexo" de Simone de Beauvoir. PRIMERA PARTE. DESTINO.



CAPÍTULO I. BIOLOGÍA.

"¿Qué representa la hembra en el reino animal? ¿Qué singular especie de hembra se realiza en la mujer?" En todas las especies machos y hembras desarrollan conductas distintas respecto a la supervivencia de la especie, estas diferencias pueden ser muy marcadas, como en el caso de los leones, o casi imperceptibles, como en algunos peces. En el aspecto estrictamente biológico ¿cuáles son las diferencias entre machos y hembras en la especie humana?
Para la mujer es evidente que la posibilidad de dar a luz, lo cual si bien puede ser psicológicamente una experiencia sumamente enriquecedora, en el aspecto físico conlleva numerosas desventajas. Nuestro cuerpo está preparado desde el nacimiento para que dentro de él se geste el primer desarrollo de los nuevos individuos, las hormonas hacen que nuestro cuerpo se desarrolle de cierta manera, en general las mujeres son más pequeñas, tienen menos peso y menos fuerza física en comparación de los hombres, etc. Además de estas diferencias estáticas las mujeres experimentamos una serie de cambio cíclicos propios de los procesos de reproducción, es en la pubertad cuando una avalancha de hormonas nos inicia en esta serie de transformaciones. Pocas mujeres podrían decir que la menstruación no es un proceso molesto. El ciclo de ovulación que se lleva a cabo cada mes de nuestra etapa reproductiva genera transtornos en nuestro metabolismo, que se reflejan en desequilibrios físicos y emocionales, y que además pueden llegar a causar dolores desde leves a intensos dependiendo de cada persona, sin que nosotras podamos hacer mucho al respecto. El embarazo es una experiencia mucho más intensa de cambios y suele implicar un sacrificio físico por parte de la madre, como la pérdida de calcio, fatiga, cambios intensos de humor, etc. El parto suele ser una experiencia sumamente dolorosa, y en ciertos casos implica un peligro serio para la madre, como en la situación de madres adolescentes. La menopausia es otro proceso que acarrea otra serie de desequilibrios notorios en nuestras vidas.
El análisis que se hace en esta parte del libro, además de resaltar estas desventajas, hace notar que si bien los hombres pueden en algún momento acoplar a su actividad cotidiana los procesos biológicos que les corresponden en cuanto a la reproducción, las mujeres difícilmente podremos aceptar los procesos que suceden en nuestro interior, los cuales nos parecen ajenos a nuestra voluntad, y entonces nuestro propio cuerpo se nos presenta como alienado por un destino biológico que no hemos escogido a priori.
Acerca de las diferencias antes enlistadas, y otras más que se mencionan en el texto, Simone concluye esta sección: "Estos datos biológicos son de suma importancia... constituyen una de las claves que permiten comprender a la mujer." Y he aquí la hipótesis que dará pie a seguir con nuestro estudio, "Pero lo que rechazamos es la idea de que constituyan para ella (la mujer) un destino petrificado. No bastan par definir una jerarquía de los sexos... no la condenan  a conservar eternamente ese papel subordinado."

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