viernes, 28 de junio de 2013

Apuntes sobre feminismo.


Compartimos la experiencia del Congreso Nacional del Partido Obrero Socialista celebrado los pasados 22 y 23 de junio en la Ciudad de México.


Presentado al XV Congreso Nacional del Partido Obrero Socialista. 
Eréndira Munguía Villanueva.

Nuestra organización, como muchas otras organizaciones hermanas, tiene una aplastante mayoría masculina en sus filas, y aún más, las madres son minoría dentro del conjunto de mujeres integrantes del partido. Este es un síntoma grave de que algo no se está haciendo bien, pero a la vez nos abre la oportunidad de mejorar nuestra organización en diversos aspectos. ¿Cómo llegamos a esta situación y cómo superarla? Las causas que han puesto en desventaja a las mujeres dentro de la sociedad son de una naturaleza compleja, es decir, son diversos factores combinados, puede ser que algunos sin descubrir todavía, de origen biológico hasta cultural, que se relacionan entre sí de formas difíciles de explicar. Ocurre lo mismo en cada comunidad, ya sea geográfica, académica o política, aunque con ciertas particularidades propias del entorno. Es por esto que debemos avanzar de manera constante para curarnos de la enfermedad que nos achaca y poder superar los síntomas. Por compleja que parezca la situación, un análisis constante sobre lo que entendemos por género, el reconocer los problemas asociados a este y la realización de acciones para revertirlos promete ser una ocasión de fortalecer nuestra organización, quizás de maneras que aún no imaginamos.

¿Qué es el género? ¿Qué significa ser hombre, ser mujer? ¿Qué es lo femenino, qué lo masculino?


El género es una construcción social que se construye a partir del sexo. En general las personas nacen con genitales que corresponden o a un macho o a una hembra, aunque hay una pequeña parte cuyo sexo no está bien definido al momento del nacimiento. Pero el género es otra cosa, se refiere más bien a las conductas ligadas al sexo, identidad o preferencia sexual que cada persona tiene: Un ejemplo son los roles asignados a mujeres y hombres dentro de una sociedad: “las mujeres en Juchitán controlan el mercado”, “el futbol es cosa de hombres”, “el muxe es el que acompaña a la mamá” son ejemplos de roles de género. Estos roles varía de una sociedad a otra, dependen de factores como la cultura y la economía de las poblaciones. En cuestiones de género hay cosas que cambian de una sociedad a otra, y cosas que son constantes en la mayoría de las sociedades. Una de las constantes es la idea de que las mujeres tienen mayor responsabilidad y deseo de encargarse del cuidado de los hijos, muchas veces la gente justifica esta asignación social basándose en la creencia de que existe un instinto maternal innato, pero esto es falso, la psicología y biología han descubierto hace décadas que tal instinto no existe en las hembras humanas[i], lo cual quiere decir que efectivamente estamos hablando de una construcción social.

Las diferencias de género no tienen por qué ser malas a priori, pero cuando impiden a los miembros de una sociedad realizar sus deseos o satisfacer sus necesidades, entonces es bueno plantearse si estos roles de verdad ayudan al funcionamiento de la sociedad en conjunto o si más bien perjudican y sería mejor intentar cambiarlos. Esto resulta en general una tarea muy difícil, como sociedad a menudo nos es más fácil modificar necesidades biológicas que cambiar conductas sociales, la ciencia es tal que es posible alimentar a un bebé con leche en polvo, pero no ha sido posible que los hombres se encarguen de dar el biberón a los hijos[ii]. Pero si detectamos que estos cambios son necesarios es una buena idea tratar de impulsarlos, no imponiendo lo que nosotros creamos “más correcto”, sino abriendo espacios de discusión y acción para que las propias personas vayan encontrando mejores formas de aceptarse a sí mismas y de relacionarse con los demás, de manera que sus roles no choquen tan violentamente con sus intereses o necesidades.

Situación objetiva de las mujeres.


Otra cosa que es constante en las sociedades es que las mujeres se encuentran en situaciones más precarias que los varones, trabajan más y ganan menos, tienen menos libertad para decidir sobre su destino e incluso sobre su cuerpo, tienen menos acceso a los espacios de toma de decisiones (desde la familia hasta el gobierno), etc. Por esto decimos que existe una opresión relacionada al género en las sociedades actuales, alrededor del mundo las mujeres son oprimidas, aunque el nivel de opresión depende de cada sociedad, la opresión de género es una constante.

Reconocer las formas de reproducción del capitalismo a través de la familia.

Sabemos que hay otro tipo de opresión constante en la mayoría de las sociedades, la que imprime el capitalismo a la clase trabajadora. Sumando esto tenemos que en la mujer trabajadora recae al menos una doble opresión, una doble explotación. El capitalismo echa mano de todo lo que está a su alcance para mantenerse como sistema dominante, y en particular lo ha hecho con la situación desventajosa de las mujeres. La opresión de las mujeres es anterior al capitalismo, pero la sociedad capitalista ha reforzado ciertas creencias erradas que perpetúan esta opresión de género porque le sirve de herramienta para mantener las cosas como están. Un ejemplo es la familia, la idea de que a las mujeres les corresponde el trabajo doméstico, que no deben exigir remuneración por éste y que si quisieran un pago deben de realizar dobles jornadas. Engels decía “La familia individual moderna se funda en la esclavitud doméstica franca o más o menos disimulada de la mujer, y la sociedad moderna es una masa cuyas moléculas son las familias individuales.” Es por esta razón que la cuestión de la mujer debe ser entendida y retomada por los socialistas, porque la opresión de género es uno de los pilares que mantienen al capitalismo como sistema dominante. No estamos diciendo que la emancipación de la mujer traerá consigo la justicia social en otros ámbitos ni viceversa, pero reconocemos que luchar por esta emancipación es una tarea socialista fundamental, esto es lo que significa reivindicarse como socialistas feministas.

¿Qué pasa cuando las organizaciones no toman en cuenta la importancia del feminismo?


En relación a la reciente crisis del SWP en Inglaterra, uno de los partidos trotskistas más grandes y con mayores logros en el mundo, el cual se disolvió a partir un caso de denuncias de abuso sexual en donde la dirección maniobró para proteger al acusado, el FSP, organización hermana, declara:  “Cuando un partido político es incapaz de involucrarse y no abrazar una lucha democrática central, tal como el surgimiento de las mujeres a escala mundial, las consecuencias son desastrosas, tal y como lo muestra lo ocurrido en el SWP. Es aún más notorio cuando el partido es trotskista ya que uno de los principios fundamentales del trotskismo es tratar de entender la relación entre las tareas democráticas inconclusas de nuestro tiempo y la revolución socialista.”[iii]
Y es que en el debate del caso del SWP se puede entrever por un lado una falta de democracia interna en este partido no sólo para con sus integrantes mujeres sino en general, y por otro lado una falta grave en la revisión de sus conductas internas para con sus integrantes mujeres, una ceguera deliberada para hacer a un lado las opiniones contrarias a las del CC con argumentos ligados a conductas de género de las compañeras y las cuales eran ajenas a su labor partidaria, es decir, con argumentos sexistas se quiso acallar las disidencias.

Es sano para una organización abrazar el feminismo.


Así el feminismo nos ayuda (ojo, ayuda, no resuelve complemente los problemas) a las organizaciones en dos sentidos, uno es la observancia de la democracia interna, y el otro es que contribuye a la consolidación del programa. Estos dos tipos de acciones que corresponden a dos tipos de necesidades las podemos clasificar en categorías usadas por el feminismo moderno: el trabajo dirigido y la transversalización. Estas categorías son muy generales y deben reformularse para ser usadas en situaciones concretas, en nuestro caso al partido.

“Trabajos dirigidos. Algunos ejemplos [de estas acciones] incluyen apoyo a la formación de organizaciones de mujeres, fomento de espacios propios para la formación y creación de competencias, además de la colectivización de problemas de las mujeres, paso fundamental en su empoderamiento. Asimismo, abarcan programas dirigidos específicamente a los derechos económicos, sociales, políticos y culturales de las mujeres.

“Transversalización de género. [Se define como] un proceso [más que como una acción] que pretende integrar, dentro de una organización, una perspectiva de justicia de género en el centro o núcleo de todos los aspectos del trabajo de desarrollo, tanto interno como externo. Implica un alto nivel de capacidades por parte del personal de la organización, además de la estructura organizativa necesaria para mantener la perspectiva de justicia de género en el ‘corazón’ del trabajo y asignar los recursos que requiere la implementación de procedimientos, políticas y programas de manera coherente con un marco de justicia de género. La meta es que la transversalización de género contribuya, tanto a nivel interno como al nivel de programas de una organización, a la transformación integral hacia la justicia de género.”[iv]

La sugerencia es avanzar paralelamente tanto en trabajos dirigidos como en el proceso de transversalización, los cuales no son ajenos sino que se refuerzan uno con otro. Esto implica que busquemos cuáles son nuestras necesidades de género dentro del partido, para hombres y mujeres, y entre todos impulsemos acciones que creamos que puedan satisfacerlas.

Como todos estos conceptos son nuevos, iremos teniendo un mejor entendimiento de ellos poco a poco y así podremos adecuarlos a nuestro caso y sacarles jugo. Un primer acercamiento nos dice que una de las necesidades inmediatas como integrantes mujeres en el POS es el acceso a los espacios, por un lado el poder asistir a las reuniones y por otro el formar parte de los comités. Una propuesta para satisfacer estas necesidades es, como refiere el documento de balance, es imponer una cuota de género para el CC. Otra propuesta, que retomamos del FSP, es la conformación de un grupo de mujeres al interior del partido[1] el cual por ejemplo sea una primera instancia a la cual acudir si nos vemos envueltas en un caso de violencia de género en alguna de sus facetas, económica, emocional, sexual, etc. ya sea dentro o fuera de las actividades del partido, para poder discutirlas desde una perspectiva científica y marxista. Parece que hasta este momento no hemos emprendido acciones de transversalización, es decir, nuestra organización está en la etapa de buscar nuestras necesidades estructurales de género dentro del partido, así que esta sería por lo pronto nuestra tarea en este sentido.


ANEXO

Discusión del congreso en el punto de feminismo.

Se reivindica el estudio de los problemas de las mujeres desde un punto de vista científico, incluyendo no sólo los aspectos biológicos sino los culturales, económicos, etc. Se observa que hay una necesidad de empatar la situación objetiva de las mujeres con las actividades de la militancia, esto quiere decir una adaptación de ambas partes, un esfuerzo real por cambiar nuestros roles como mujeres para satisfacer nuestros intereses partidarios, pero a la vez cambios en la organización para evitar que nuestra militancia entre en conflicto con las tareas que como mujeres no podemos o no deseamos abandonar. Estas acciones deberán estar enfocadas a la integración de más mujeres a nuestra organización, esta necesidad de integración ya la han observado las instituciones burguesas con lo cual a este respecto tenemos cierto retraso, pero esta integración se hará en nuestras filas siempre desde una perspectiva de clase. La integración se refiere también a ir impulsando a las mujeres para asumir puestos de decisión dentro del partido con la plena confianza de que pueden realizar el trabajo tan bien como los compañeros varones. El punto de partida para la planeación y realización de estas acciones debe ser el que las mujeres no son el ‘sexo débil’ sino un género oprimido. Los cambios hacia el feminismo del partido deberán reflejarse en los balances posteriores, así como en contactos con mujeres de otras organizaciones afines, pero sobre todo en la conceptualización del partido como herramienta de los sectores más oprimidos de la clase trabajadora para su emancipación, por ejemplo, el sector mujeres, comunidad LGTB, etc. Para todo esto es necesario revisar a cada paso el impacto de las actividades que realicemos, así como tomar en cuenta las acciones que se han realizado en el pasado en esta dirección y hacer un balance sobre éstas.

Resolutivos para el punto de feminismo.


Reivindicar el feminismo como eje central del programa del partido, lo que implica tomar acciones formativas en este sentido.
Imponer una cuota de género de al menos dos mujeres para el CC.[2]
La realización de un encuentro de mujeres con organizaciones afines.
Discutir la posibilidad de un grupo de mujeres al interior del partido.




[1] El Congreso decidió estudiar esta propuesta para clarificar cuáles serían las tareas de dicho grupo así como sus características organizativas.
[2] El Congreso decidió estudiar esta propuesta para clarificar cuáles serían las tareas de dicho grupo así como sus características organizativas.




[i] Inteligencia y afectividad. Piaget, J. Argentina: Aique 2005.
[ii] La perspectiva de género. Marta Lamas. Revista de Educación y Cultura de la sección 47 del SNTE.
[iii] El feminismo y el abuso sexual en el Partido Socialista de los Trabajadores de Gran Bretaña. Freedom Socialist Party. http://www.socialism.com/drupal-6.8/?q=node/2143
[iv] A Guide to Gender-Analysis Frameworks. Candida March, Inés A. Smyth, Maitrayee Mukopadhyay. Oxfam Publications 1999.