domingo, 2 de diciembre de 2012

Dance, dance....




Ya mencionamos alguna vez que en principio el problema no es que haya distintos géneros, hombres y mujeres, el problema es que dentro de esta sociedad machista se exige el cumplimiento de ciertas tareas por parte de las mujeres al mismo tiempo que desvaloriza dichas tareas, calificándolas de labores de segunda creando así un círculo vicioso. Si no pedimos la desaparición de los géneros ¿Qué queremos entonces? Vale la pena hacer un paréntesis para aclara la diferencia entre género y sexo, los distintos sexos son macho y hembra, se distinguen exclusivamente por las funciones biológicas que realizan o que pudieran realizar los individuos; los distintos géneros son, por ejemplo, hombres y mujeres, se distinguen más bien por los distintos roles que se realizan dentro de la sociedad, esto es, el género es una asignación social mientras que el sexo es una asignación biológica. Aclarado esto no es muy claro si puede existir una sociedad donde a pesar de que haya géneros distintos, éstos puedan convivir sin que uno oprima al otro. Saliendo de una clase de tango estaba yo cuando me puse a pensar en esto, y ocurrioseme entonces, que sigo sin tener ejemplos reales de este tipo de sociedades, pero creo tener un micro-ejemplo buenísimo: la danza.

En la mayoría de los bailes de salón los hombres y las mujeres tienen asignados cada uno movimientos distintos pero que combinan perfectamente con los del compañero de género opuesto, en total armonía y literalmente al mismo ritmo. ¿Quién es una buena pareja de baile? Aquel o aquella que logra sincronizarse de la mejor manera con su compañer@ de baile. Por ejemplo no tiene ningún sentido que un experto bailarín de tango quiera lucir sus mejores trucos bailando conmigo que soy principiante, lo único que logrará será confundirme, incomodarme y en el peor de los casos hacerme caer, y entonces los dos habremos fracasado rotundamente al intentar bailar. Pero aquella persona que reconoce la cadencia de la pareja y le saca jugo a su poca o mucha técnica, esa sí que sabe el significado de bailar. Y quienes sí saben bailar son mis maestros de tango, Charlotte y Miguel, que como maestros realizan perfectamente los pasos tanto femeninos como masculinos, ya que muchas veces por ejemplo Carlotte necesita enseñar a los hombres los movimientos y requiere realizarlos ella misma, y Miguel lo propio para corregirnos a las mujeres. Así es como del profundo conocimiento de los roles ellos enseñan a cada pareja de baile a comunicarse entre sí, a acoplarse y disfrutar de la mejor manera cada ejercicio de la danza.

Me encanta el baile por muchas razones y me acabo de dar cuenta de una más: es justo un lugar donde los roles de cada género están diseñados no para que uno se eleve sobre el otro, si no para que los dos juntos realicen el arte del movimiento en armonía.  Para mí, de manera muy personal, el baile representa uno de los ejes que me mantienen en este mundo, y parece que no soy la única, ya decía la gran bailarina y coreógrafa Pina Bausch: “Dance, dance… otherwise we are lost”.

De caricatura...

Ahora nos pusimos gráficos, quiero compartir uno de los dibujos de la serie "Lola" de Alejandra Lunik, y la serie completa "No es lo mismo degenero la equidad, a la equidad de género" de Trino monero, ambos excelentes caricaturistas.  Los dos trabajos tratan de mostrar el contexto social y cultural que hay detrás de la desigualdad de género. 

Alejandra lunik: Lola Nº 52. Florcita, qué tontita!

¿Tú qué opinas, como Lola crees que hay que exigir en voz alta respeto y equidad, o como Flor crees que el machismo existe sólo en nuestra imaginación? Nosotros estamos del lado de Lola, creemos que el machismo existe y reconocemos sus consecuencias en nuestro día a día. Más aún, queremos entender las causas de la desigualdad y combatirlas, empezando en aquellos lugares donde nos desenvolvemos: la familia y el trabajo. Los invitamos a echarle un ojo la serie completa de Lola, no todas las caricaturas son subversivas, pero todas  tienen un rico humor femenino: http://alejandralunik.blogspot.fr/


 Ahora el trabajo de Trino.  Los dibujos forman parte de los trabajos del Programa Alas y Raíces de CONACULTA, dejamos un extracto de la cédula introductoria de la serie:


"Esta exposición es para ti. Salió de la casa o de un mercado, de un parque o de un me acuerdo. Alguien lo dijo hace muchos años y alguien lo dice todavía. Está de risa para no llorar. Nos pasó cuando éramos niñas y niños pero ya no queremos que se repita, con ninguna niña ni con ningún niño. Con ninguna persona.  ¿Cuántas veces escuchaste estas frases? ¿Cuántas veces has dicho esas u otras parecidas? Son muy viejas. Y sin embargo aquí siguen. Quizá se escuchan hasta en nuestras familias. Son nuestras enemigas porque impiden que hoy sea realidad la igualdad entre niñas y niños, mujeres y hombres. Cada vez que se  pronuncian se aleja un día más esa posibilidad. Con ellas llega además un mañana difícil para ellas y ellos. ¿Qué hay en esas frases?"











© "No es lo mismo equidad de género que degenero la equidad" Ilustraciones de TRINO para Alas y Raices, CONACULTA

 ¿Te recuerdan algo las caricaturas de esta serie, te identificas en alguna? A mí la que más me gustó y que me removió algunos recuerdos fue la de "...sírvele a tu hermano más tecito ¡Atiéndelo!"; y si nos dieran un peso por cada que alguien grita "vieja el último"... Creemos que efectivamente este tipo de acciones y comentarios son el reflejo de lo inequitativo de la sociedad y además contribuyen a que las cosas sigan como están.

Cambiar la sociedad en su conjunto es una labor necesaria, pero bastante ambiciosa. Los comentarios sexistas y el acoso son realidades con las que convivimos cotidianamente. Sin embargo podemos empezar cambiando nuestro entorno inmediato. Si logramos que nuestras familias, escuelas, centros de trabajo queden libres de este tipo de actitudes habremos hecho una labor valiosísima para nosotros y para generaciones futuras.  Si logramos un ambiente seguro en las escuelas y centros de investigación para nuestras alumnas, profesoras, investigadoras, estaremos entregando una fortaleza donde será mucho más fácil concentrarse para realizar las labores que requiere la generación de conocimiento, y donde será mucho más difícil caer en la angustia que generas las agresiones sexistas. Estaremos entregando un respiro, un lugar a salvo. Si lo pensamos bien no debemos exigir nada menos que esto.