“Permítanme que les cuente mi problema con las mujeres… tres cosas pasan cuando hay mujeres en el laboratorio… Te enamoras de ellas, ellas se enamoran de ti y cuando las criticas, lloran.”
Después de un tiempo (muy largo) sin escribir, me topo con
esta frase de oro puro. El contexto es el siguiente: la frase anterior fue
dicha en la Conferencia Mundial de Periodismo Científico 2015 por nada más y
nada menos que Sir Tim Hunt, premio Nobel de Medicina en 2001 y miembro de la Real
Sociedad de Londres para el Avance de la Ciencia Natural. El laureado
bioquímico agregó estar a favor de que hombres y mujeres trabajen en
laboratorios separados. Desde su ocurrencia de ser divertido soltando estas frases que en realidad denostan el trabajo científico de las mujeres y las hacen parecer como sólo un problema que Hunt simplemente no puede manejar, el científico ha recibido una oleada de críticas bien
merecidas. La Real Society salió salpicada y ya se ha deslindado de los
comentarios aunque de manera, hay que decirlo, muy poco afortunada.
Quizás esté yo con aires optimistas, pero dentro de esta
cochinada me dio por ver un montón de oportunidades. Analicemos lo que
significan estas frases tiradas tan a la ligera por alguien que evidentemente
ha tenido mucho éxito en el ámbito científico. Después de una vida trabajando
en la academia Hunt llega a las siguientes conclusiones:
- Los hombres se enamoran de las mujeres.
- Las mujeres se enamoran de los hombres.
- Las mujeres lloran cuando se critican sus ideas.
- Todo lo anterior es un problema para el quehacer científico.
En su posterior disculpa en una entrevista de la BBC Hunt
alega que no fue su intención ofender a nadie, pero que lo que dijo es su
apreciación honesta, que él mismo “se ha enamorado de mujeres de su
laboratorio, que mujeres del laboratorio se han enamorado de él y que esto es
muy perjudicial debido a que es muy importante que en un laboratorio las
personas estén en igualdad de condiciones” agregando que “encuentra que estas relaciones
hacen la vida muy difícil”. Además que “Es muy importante que uno pueda
criticar las ideas de las otras personas sin criticarlas a ellas. Y si estallan
en lágrimas uno se puede refrenar y no llegar a decir toda la verdad.”
De lo anterior se puede deducir directamente que, a decir de
Hunt:
- Las relaciones lascivas afectan el trabajo científico.
- Es muy importante para el buen funcionamiento de un grupo dedicado a la ciencia el que sus integrantes estén en igualdad de condiciones, en un ambiente mixto no lo están.
- Los integrantes de la comunidad científica deben tolerar las críticas a sus ideas.
Pero todo esto… ¡Es
lo que un sector de feministas dentro de la academia hemos estado repitiendo
una y otra vez! Que lo privado afecta el quehacer científico; que no hay
igualdad de condiciones de género en la academia; que las relaciones lascivas
no son un hecho aislado, es algo que ocurre de manera cotidiana y que cuando
éstas ocurren la balanza se desequilibra mucho más; que se debe de actuar para lograr
la equidad, ésta no va a llegar por sí sola. Pero cuando una le dice esto a la
comunidad, cuando una confronta las ideas de las personas sobre cómo se
relacionan hombres y mujeres suele
suceder que, sobre todo los hombres, ¡Estallan en ira! Se lo toman personal y
una se tiene que refrenar y no llega a decirles todas las verdades… y a decir
de Hunt esto es muy, muy perjudicial para la ciencia.
Vayamos ahora a las propuestas de Sir Tim Hunt. Según él
todo esto se solucionaría creando instituciones exclusivas para hombres e
instituciones exclusivas para mujeres. Bueno, no nos cerremos a las propuestas,
seamos open minded y echemos a volar la imaginación. ¿Qué pasa si retomamos
esta solución? Pues hacerla realidad pasa por construir un edificio, sea
laboratorio, instituto, centro de investigación, etc. tal y como el que está funcionando
ahorita, duplicarlo cual dos gotas, y equiparlo con la misma infraestructura,
el mismo presupuesto, el mismo número de plazas, los mismos salarios, el mismo
reconocimiento y echar un volado a ver quiénes ocupan el nuevo edificio, si
hombres o mujeres. Podríamos
mandar la propuesta a nuestros congresistas encargados de la ciencia, aunque me
da la corazonada de que estarán renuentes a la idea de doblar en número de instituciones
educativas y de investigación en el país.
Por si lo anterior no funciona no está de más un plan B.
Si la segregación no ocurre veamos qué se puede solucionar en un contexto mixto.
Es un sentimiento muy feo y muy innecesario esto de tomarse personal las
críticas, si bien es algo que le sucede a todas las personas en mayor o menor
medida, estadísticamente hablando a las mujeres les afecta más y de manera más decisivas,
aclarando que no a todas las mujeres les ocurre esto. Para no dar lugar a
confusión, creo que esto se debe no
a una causa biológica, si no al resultado de las condiciones objetivas en que
vivimos las mujeres, pero ese es un tema muy amplio que no discutiré aquí.
Aceptemos pues a quienes nos pase, que para trabajar o estudiar mejor y con
menos sufrimiento, sería buena idea controlar nuestros sentimientos de tristeza para que no estallemos
en llanto. Va. Ahora que asumimos que los sentimientos se pueden controlar,
entonces deje de hacerse la víctima de Eros y controle su deseo, lujuria o amor
hacia las mujeres que lo rodean. Así como usted controla la tristeza también puede
controlar estas otras emociones ¡Hágalo! De lo contrario ya sabe lo que sucede,
el ambiente se enrarece y eso es muy, muy perjudicial para la ciencia. Esto va
nuevamente para todo el que lo necesite ¡No seduzca ni se enamore de su
alumna o de las alumnas de sus colegas! Es un hecho, las mujeres se enamoran de los hombres, si una alumna se
enamora de usted ¡No promueva ese enamoramiento! Es difícil imaginar una
situación más inequitativa, y estar en una relación así eventualmente afectará
de manera negativa el quehacer académico y le hará la vida difícil sobre todo a
quien esté en condiciones más precarias.
Como les digo, esta noticia me hizo el día. Ojalá todos
externáramos abiertamente lo que
pensamos sobre las relaciones entre hombres y mujeres en nuestros centros
educativos y de trabajo, y en general en los espacios de convivencia. Ojalá
todos aceptáramos éstos y otros muchos problemas que percibimos. Ojalá todos
escucháramos sin escándalo las propuestas de solución de manera tolerante y, a
diferencia de Hunt, ojalá estuviéramos dispuestos a cambiarnos desde nuestro
interior, desde nuestras emociones y pensamientos, antes de lanzarnos a la
empresa titánica de modificar por completo todo el entorno para, sin cambiarnos,
crear un ambiente donde simplemente sean físicamente imposibles las situaciones
problemáticas. El verdadero error y cinismo de Hunt en esta historia es que, ante su aversión a las rosas blancas, quiere pintarlas todas de carmín.
http://www.theguardian.com/uk-news/2015/jun/10/nobel-scientist-tim-hunt-female-scientists-cause-trouble-for-men-in-labs
http://www.bbc.com/news/uk-33077107
No hay comentarios:
Publicar un comentario