lunes, 1 de octubre de 2012

"El Segundo Sexo" de Simone de Beauvoir. PRIMERA PARTE. DESTINO.


CAPITULO II. EL PUNTO DE VISTA PSICOANALÍTICO.

Para destacar el atraso en la comprensión de la psique femenina, el capítulo comienza reseñando brevemente un trabajo anterior a Freud, cuya conclusión es que lo concerniente a la libido es de aspecto totalmente masculino. Simone reconoce el avance en el trabajo de Freud al desarrollar una teoría para comprender el desarrollo psicológico de las mujeres. La teoría de Freud está basada en el desarrollo sexual, para las mujeres plantea por ejemplo una etapa dominada por un complejo llamado de Electra, la versión femenina del complejo de Edipo, y reconoce la importancia de dos centros eróticos femeninos: el clítoris y la vagina. La primer crítica a este trabajo es que más que ser un estudio en sí es una adaptación de la versión masculina, lo cual la hace poco sostenible, por ejemplo la teoría  incluye una fase en el desarrollo de la niña marcada por un complejo de castración, queriendo decir que la niña siente frustración por no tener pene, pero dado que no hay un conocimiento sensorial de lo que es tener un pene, no es posible que la niña experimente dicha frustración.

Simone reseña otra teoría, la de Adler, esta plantea como motor del desarrollo de la mujer un sentimiento de vergüenza de lo femenino y de envidia de lo masculino, no ya por un sentimiento de castración física si no por una valoración de lo femenino como inferior, debido a la percepción del entono social que da posiciones privilegiadas a los hombres en la familia, la educación, etc. Según Adler la mujer tiende entonces a masculanizarse o a luchar contra el hombre, resolviendo su conflicto a través de la maternidad. Una primera crítica a esta teoría es que no intenta develar la cuestión fundamental del origen de los privilegios del hombre dentro de la sociedad. Otra crítica es que en oposición a Freud, deja de lado el aspecto sexual, que si bien no es el único factor en el desarrollo humano sí es parte fundamental de éste.

La queja principal de Simone a estas dos teorías es su carácter determinista, es decir, suponen a priori que durante el desarrollo de cualquier persona aparecerán conflictos específicos y que el devenir del individuo estará marcado por la resolución o no de estos conflictos. Pero el desarrollo humano es mucho más dinámico que esto, ya que involucra a cada instante el reconocimiento y asimilación del entorno exterior, las construcciones mentales de cada individuo como el orgullo, la vergüenza, la envidia, etc. dependen fuertemente de sus propias experiencias. Aún así hay ciertas constantes, ciertas situaciones y conductas que se experimentan en general por todas las personas, esta generalidad hace de las teorías psicoanalíticas una herramienta válida. Pero las etapas que marcan el desarrollo mental son de una naturaleza dinámica, por ejemplo no necesariamente lineal, y plantean al individuo retos para los cuales habrá múltiples opciones de resolución, y cada persona optará o no por alguna solución según su propia experiencia.

Simone comenta que en el ámbito sexual, en principio por meras razones anatómicas, para los niños es más fácil explorar sus genitales, que incluso se le dan atribuciones al pene que los ayudan a reafirmarse como individuos dentro de una sociedad. Para las niñas el proceso de reconocimiento de su sexualidad es más complicado, lo cual invitaría a concluir que dada la importancia de la sexualidad en el desarrollo humano, las mujeres se encuentran en desventaja respecto a los varones en cuanto a su desarrollo psicológico. Pero Simone resalta que  tampoco esta posible diferencia dentro del desarrollo psicológico implica automáticamente que el destino de la niña sea convertirse en un ser sometido, deberíamos preguntarnos por las razones por las que las sociedades dan dichas atribuciones al falo, “Solo en el seno de la situación captada en su totalidad funda el privilegio anatómico un verdadero privilegio humano”. Debemos entonces seguir nuestra búsqueda de las razones del destino femenino. 

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